Heroína

Qué es la heroína

La heroína es una droga de la familia de las opiáceas. Es semisintética, es decir, que no es natural al cien por cien. Es un derivado de la morfina, que a su vez se extrae del opio, sustancia que proviene de un tipo de amapola llamada adormidera.

Pertenece al grupo de las drogas depresoras del sistema nervioso central, es decir, que tiene en quien la consume un efecto de relajación extrema. Se suele presentar en polvo, y se le añaden adulterantes (es decir, se “corta”), lo que hace que varíe su color.

Efectos de la heroína

Como en todas las sustancias, hay que distinguir entre efectos a corto y a largo plazo, sin olvidar que una sobredosis de heroína puede ser letal. El modo de consumo, que veremos más adelante, también influye en la intensidad de los efectos.

A corto plazo

Sensación de euforia, adormecimiento, la respiración y las pulsaciones se ralentizan (en ocasiones al límite de poner en riesgo la propia vida o de causar una lesión irreversible); pero también causa enrojecimiento de la piel, picores, náuseas y/o vómitos, debilitamiento de las funciones mentales, confusión…

A largo plazo

La heroína daña gravemente el cerebro si no se deja de consumir. También el sistema hormonal. A menudo causa daños en dientes y encías, y eleva el riesgo de infecciones por hongos o por virus. Puesto que su consumo causa unos niveles atroces de dependencia física, la abstinencia cursa con escalofríos, dolores musculares y óseos, insomnio, vómitos y diarrea… Sin embargo, estos síntomas, que son muy intensos las primeras 24-48 horas, van decreciendo en los días posteriores. Es un síntoma de que la adicción física desaparece y de que se empieza a estar “limpio”.

Tipos de heroína

Cuando es pura, es un polvo de color blanco, pero lo más habitual es que se venda adulterada, por lo que presenta diferentes tonalidades de marrón (cuanto más marrón, más impura).

También existe la llamada heroína negra, cuya presentación tiene el aspecto de una roca de alquitrán, y puede ser más bien dura o más bien pegajosa. Al parecer, este aspecto es de un tipo de heroína que procede de México. Los expertos aseguran que es 40 veces más potente que la heroína más conocida.

Consumo y toxicidad

Dado su altísimo nivel de adicción, crea mucha tolerancia (el consumidor cada vez necesita más dosis).

Las formas de consumo son variadas: se puede inyectar, fumar o esnifar. Lo habitual es que la más pura se fume o se inhale.

No solo la heroína es altamente tóxica (daña numerosos tejidos y órganos), sino que también lo son las sustancias con las que se suele adulterar: tiza, barbitúricos, bórax (usado como detergente y pesticida), benzodiacepinas, sedantes y un largo etcétera.

Nivel de adicción a la heroína

Como se ha dicho antes, esta droga es sumamente adictiva. De hecho, los expertos la sitúan como la más adictiva de las drogas, incluyendo el tabaco, el alcohol o la cocaína.

Por otra parte, crea mucha tolerancia, lo que implica que quien la consume necesite cada vez más dosis para provocar el mismo efecto. La dependencia de la heroína hace a la persona esclava de su consumo, y no piensa en ninguna otra cosa más que en volver a consumir.

La vía de consumo influye a la hora de crear adicción pero, si bien la heroína inyectada es la que proporciona unos efectos más intensos, cualquier manera de ingerirla termina siendo fatal para quien la toma.

Centro de desintoxicación para adictos a la heroína

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